El mismo título del bloque (Creación Literaria), nos dice cuál será la actividad que deberemos llevar a cabo; ¿qué géneros literarios tratamos en un taller de creación literaria?: prosa, poesía y dramática; pues bien, en este caso, se desarrollará un texto de cada uno de los géneros expuestos en base al siguiente título:
“Cuando la pulsera habló al pendiente…”
En muchas ocasiones, las cosas se nos ocurren sin más, y después de pensar, escribir, pulir, reescribir, volver a pensar y matizar, esto es un ejemplo de lo que podemos llegar a obtener:
PROSA:
Zaida era una niña muy coqueta, no había día que no fuese al colegio perfectamente conjuntada: si su camisa era azul, su pulsera y pendientes, ¡también lo eran! porque eso sí... ¡A Zaida le encantan los pendientes y las pulseras!, ¡tiene un montón!
Como todas las niñas, Zaida tiene un color preferido... ¡el malva! y lo usa en muchas ocasiones, por lo que tiene una gran cantidad de pulseras y pendientes de este color, que combina de muy diferentes maneras.
Aún no lo hemos dicho, pero... Zaida es muy ordenada, y guarda las pulseras en una cajita, y los pendientes en otra, de esta forma nunca se mezclan.
Todas las mañanas, la pequeña elige qué ponerse, y siente predilección por unos pendientes muy bonitos: tienen forma de lágrima y pudieran parecer un poco tristes, sobre todo el derecho, que una vez se perdió y alguien pisó, y desde entonces parece ir siempre torcido, y ... ¿cómo no?, son malvas... Casi siempre que Zaida elige estos pendientes, suele coger una pulsera muy bonita que su tía Lorena le trajo cuando volvió de uno de sus viajes a México.
A veces, a Zaida le parece notar que esta pulsera tiene vida propia... ¡y no se aleja de la realidad! pues siempre que abre la cajita, está ahí la primera... ¡aunque la hubiera puesto al fondo! y muchas veces, nuestra coqueta niña que tiene que darse prisa para no llegar tarde al colegio, termina poniéndosela.
La realidad es que nuestra pulserita, siempre logra ponerse por encima de sus compañeras de caja, pues nunca se cansa de observar esos pendientes malva en forma de lágrima que a la niña tanto parecen gustar, sobre todo uno... ¡el torcido!, y siempre que Zaida le hace coincidir con su amado pendiente, piensa en decirle algo, pero es muy vergonzosa y nunca sabe cómo empezar...
La bonita pulserita veía como iba pasando el tiempo, y su pendiente favorito, poco a poco, perdía el brillo; y pensó que quizás pudiera dejar de gustar a la niña y nunca más lo volviera a usar, así que comenzó a trazar un plan...
Poco tiempo después, la pulserita, tras dar muchos empujones, logró colocarse la primera en su cajita y... ¡Zaida la cogió!, su plan comenzaba...
Mientras la niña iba caminando hacia el colegio, la pulserita veía como su querido pendiente se balanceaba muy triste, allá en lo alto, lejos de ella, y tomó una decisión... la próxima vez que Zaida se tocase el pelo, agarraría tan fuerte a su pendiente, que ya nunca lo soltaría, ¡y así lo hizo!
Una, dos y... ¡tres!, en un descuido, la elegante pulserita agarró tan fuerte a su pendiente que ni de hablarle se acordó, y las amigas de Zaida tuvieron que ayudarla a quitarse el pendiente, pues era un poco incómodo estar todo el rato con la mano colgando de su oreja... y una vez que lo consiguió, se extraño mucho... ¿no estaba uno de los pendientes torcido como si de una triste boca se tratase? Nuestro pequeño pendiente, había recuperado su brillante aspecto, pues en secreto, también estaba enamorado de la pulsera, y sonreía con todo su esplendor, ya que... por mucho que Zaida trató de separar pendiente y pulsera, no lo logró, y a pesar de acabar en el fondo de una caja, el pendiente y la pulsera no estaban apenados, pues habían logrado su sueño: sellar su amor.
POESIA (basado en los acrósticos y enfocado a niños de primaria)
Puntiagudos
Enganches que Puede
Nada Utilizarse a la
Dicen; Ligera o
Independientes Sacarse
Entre sí, En altas esferas,
Nada Radiante con ella irás,
Temen Acaparando las miradas sin más.
Estando colgados así.
DRAMÁTICA
Referente al texto contado en prosa:
Aparece Zaida en la puerta del colegio donde la esperan sus amigas:
Zaida: ¡Hola chicas! Si me descuido, ¡llego tarde al cole otra vez!
Vanessa: ¿Si te descuidas? Te recuerdo que llegas tarde, otra vez la “teacher” nos va a regañar y en el patio, nos quedaremos de nuevo castigadas…
Tacha: ¡Zaida!, ya podías haber corrido un poco, ¿no?, seguro que te has pasado media hora delante de tus cajas decidiendo que pendientes ponerte…
Vanessa: Bueno Tacha… yo creo que te equivocas, con los pelos que hoy trae Zaida… ¡parece que haya corrido los cien metros lisos! (risas de Vanessa y Tacha)
Zaida: ¿¡Cómo!? ¿¡Estoy despeinada?! Necesito un espejo…
Las chicas, se dirigen el baño del colegio, cuidando de que la “teacher” no las vea, o se llevarán un merecido castigo, ya en el baño, Zaida procede a peinarse y se lleva la mano al pelo…
Zaida: ¡Ay, ay, ay!Chicas, ¡ayudadme! Mi pulsera se ha enganchado con el pendiente…
Vanessa: Espera Zaida, no tires o te harás más daño…
(Intentan soltar la pulsera pero es imposible…)
Tacha: ¡Vamos chicas…! ¿No podéis hacer eso más tarde? Esta vez sí que llegamos tarde ¡y la Rottenmeier nos va a echar la bronca!
Vanessa: Zaida, te quito el pendiente y lo guardas, que está enganchado y no lo puedo quitar…
Zaida: Pero… ¡van a juego con la falda! No puedo ir sin pendientes…
(Mientras lo dice, Zaida guarda pendiente y pulsera en su estuche, y se dirigen a clase; mientras, en el estuche…)
Pulsera: Pendientito, siento haberte tenido que agarrar así, pero no sabía cómo lograr hablar contigo…
Pendiente: ¡Oh pulsera! No te preocupes, la vida allá arriba es un poco aburrida, siempre colgando y balanceándose, y cuando quería ver algo no podía, porque el pelo de Zaida me lo impedía…
Pulsera: Yo lo único que quería verte era a ti, y siempre el jersey de nuestra dueña me tapaba.
Pendiente: Pues ahora ya estamos aquí… Y… ¿qué haremos si Zaida consigue separarnos?
Pulsera: No podrá, porque uno de mis eslabones se ha cerrado alrededor de ti, y si quiere separarnos nos romperá, y acabaremos en el cajón de las cosas rotas…
Pendiente: ¿Y mi hermano? ¿Qué hará sin mí?
Pulsera: No te preocupes pendientito, si Zaida no consigue un pendiente igual a ti, no lo usará y acabará con nosotros, en el mismo cajón.
Pendiente: Entonces los tres dejaremos de ser los favoritos de Zaida…
(Mientras, se escucha el ruido de las niñas recogiendo los libros para salir de clase, y acaba la escena en la que nuestros protagonistas el pendiente y la pulsera, dejan de hablar…)
Quizás pudiera parecer que los textos expuestos no tiene mucho sentido sacados de contexto, pero se ha intentando recrear un posible taller de creación literaria: a partir de una idea que a priori parecía no tener muchas posibilidades como para poder escribir a partir de ella, se han desarrollado tres textos referentes a los tres géneros literarios.
“Cuando la pulsera habló al pendiente…” pudiera ser una de las muchas frases obtenidas a partir de una lluvia de ideas realizada en un taller de creación literaria, y sobre la que los asistentes pudieran haber decidido escribir. De esta forma, comprobamos la imaginación y creatividad que los alumnos deberán derrochar si quieren desarrollar diferentes géneros literarios sobre una misma idea, y comprobamos cómo es factible de llevar dicha actividad al aula.
Perfecto. Ay la búsqueda de la rima...
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